Cuando las personas, individualmente o mediante alguna forma de sociedad o empresa, iniciamos una actividad, normalmente necesitamos un periodo de aprendizaje hasta que se ejecuta con la perfección deseada.
Esto se manifiesta por ejemplo en la producción de un bien, en el que el tiempo o los costes son menores a medida que se realizan más unidades o ciclos, y además la tasa de disminución del tiempo es cada vez menor. Se puede establecer, entonces, una relación entre el tiempo que se tarda en producir cada unidad y el número de unidades de producción consecutivas, que denominamos: curva de aprendizaje.
Esto se manifiesta por ejemplo en la producción de un bien, en el que el tiempo o los costes son menores a medida que se realizan más unidades o ciclos, y además la tasa de disminución del tiempo es cada vez menor. Se puede establecer, entonces, una relación entre el tiempo que se tarda en producir cada unidad y el número de unidades de producción consecutivas, que denominamos: curva de aprendizaje.