
Por las sumas ahorradas percibimos intereses, un rendimiento que supone un incentivo para ahorrar, porque compensan la insatisfacción de no consumir hoy por un mayor consumo futuro. El ahorro, lo mismo que la financiación, surgen para gestionar el gasto de nuestra renta de forma eficiente en varios periodos.
Un método para ahorrar es contratar un plan de ahorro con un entidad financiera mediante el cual conocemos los capitales que acumularemos en el futuro en función de las aportaciones mensuales y el tipo de interés negociado.